¿Os acordáis de la Batalla de Falkirk en la película Braveheart (1995 Mel Gibson)? (*) Bien, pues algo parecido es lo que ha sucedido con la negociación integral de la RPT de personal funcionario. En esta historia no hay ningún William Wallace, ni escoceses en falda con la cara pintada de azul, pero sí mucha infantería sindical que en mitad de una dura refriega con el Director General de la Función Pública, Lord Narváez, vimos como CC.OO había llegado con él a un acuerdo, de mesa camilla, para no presentar batalla en los temas estructurales y presupuestarios, contentándose con un mero maquillaje de la RPT. Lo peor de todo es que antes de la reunión nos engañaron para modificar la estrategia sindical conjunta y así ajustarla al preacuerdo alcanzado a nuestra espalda. Un movimiento que, como todo el mundo entenderá, ha dejado resquebrajada la unidad sindical.

Fue muy descarado y todos los que estábamos allí nos dimos cuenta. El resto de sindicatos lo comentamos al final de la reunión y no había margen para la duda. Esta es nuestra versión y la contamos a nuestra manera, pero os invitamos que preguntéis a la gente de UGT y de CSIF que también estuvo allí.

Una RPT en ruinas

Para entender cómo se encuentra la RPT de personal funcionario, y la necesidad imperiosa de abordarla integralmente, simplemente hay que hacer números. Durante la legislatura de Cospedal se perdieron 2.011 plazas netas, algo que se hizo de una manera discrecional y sin ningún tipo de criterio, allí donde había un interino/a sobraba una plaza. Lo que dejó muchos servicios completamente destartalados

Con el cambio de gobierno hubo esperanzadoras noticias para la reconstrucción de la Función Pública. En la Mesa Sectorial del 22 de septiembre de 2015 negociamos la readmisión de los 191 interinos e interinas cesados ilegalmente en 2012 por Cospedal, que o no fueron reingresados (66) o fueron reingresados en diciembre de 2014 y vueltos a cesar en las intensas y dramáticas “negociaciones” de RPT de principios de 2015. Algo que estaba judicializado y que teníamos muchas posibilidades de ganar, pero en lo que el gobierno puso todo de su mano para solucionarlo. Asumiendo un coste de 22 millones de euros, que Ruiz Molina puso encima de la mesa sin necesidad de nuevos presupuestos. Además, ese mismo septiembre se anunció que la subvención de la UE para la contratación de 80 orientadores laborales en las oficinas de empleo, sería a través de personal propio y no externalizado como tenía Cospedal. Lo que demuestra que cuando hay voluntad sí se puede.

Un ejército nombrado a dedo

El problema, como pronosticamos en su día, es que ahí se quedó la cosa, y desde entonces no ha habido ni un solo avance más. A partir de ese momento todo lo que ha pasado por la Mesa Sectorial han sido modificaciones parciales de la RPT, diseñadas desde arriba para los de arriba, para la creación de una estructura paralela de puestos de confianza, cuyo nombramiento es discrecional, y que está compuesto en su mayoría por puestazos de niveles altos con específicos bien jugosos. Para eso siempre hay dinero.

La cosa se les ha ido de la mano hasta el punto de tener una RPT con 1.374 puestos de Eventuales, LD y Concurso singularizado.

Eventuales

90

0,84%

Libre Designación

874

8,11%

Concurso Singularizado

410

3,80%

1.374

12,75%

Gaseosa sindical

La gota que colmó el vaso fue la convocatoria de Mesa Sectorial del día 8 de junio, que llevaba 7 meses sin reunirse, en la que nos presentaban 11 modificaciones parciales que afectaban a todas las consejerías, donde imperaban la creación de puestos de Libre Designación. Ante semejante tomadura de pelo, todos los sindicatos nos unimos y decidimos levantamos de la mesa para exigir una negociación integral de la RPT donde se aborden los temas más estructurales de la Función Pública, y hacerlo con representantes del gobierno con capacidad de negociación real, es decir, con los Secretarios y Secretarias Generales.

Como ya contamos, ese día ardieron los teléfonos en la zona noble. En mitad de la segunda vuelta de la negociación de presupuestos, los sindicatos de la Función Pública poníamos en jaque la estrategia del gobierno. Y como ya dijimos, hubo sindicatos que sufrieron presiones, la diferencia es cómo se gestionaron. Ante preguntas directas UGT nos dijo que sí les llamaron pero que se mantuvieron firmes, por su parte desde CC.OO lo negaron rotundamente, y si las había habido no se habían enterado. Sin embargo, es curioso que fuera CC.OO quién más apretó para que volviéramos a sentarnos aceptando la oferta de Función Pública, que ya sonaba a trampa. Hubo dudas, desde STAS pensábamos que si habíamos pedido dos cosas, muy sencillas, debíamos mantenernos firmes hasta conseguirlas. El resto de sindicatos no lo tenía claro, así que sin estar convencidos, pero con ánimo de mantener la unidad, decidimos volver a la mesa. Sin ningún SG en la sala y sin margen ninguno, el resultado final fue el esperado: 11 modificaciones de RPT, 0 propuestas sindicales aceptadas.

De esta manera, y con cierto sabor amargo, todo quedaba pendiente de la Mesa del día 3 de julio, que nos generaba “muchas dudas sobre las verdaderas intenciones de Función Pública, y sus tentaciones de convertir la modificación integral en un simple maquillaje de la RPT, a coste cero y sin que se produzcan cambios estructurales sustanciales”.

La jugadita

El 3 de julio, lunes, acudimos a la Mesa sectorial con la siguiente propuesta de negociación sobre la mesa:

  • Fase previa: Adecuación de la dimensión de la RPT a las necesidades actuales.

  • Primera fase: Adecuación de la RPT a la ley 4/2011 en cuanto a cuerpos y escalas se refiere.

  • Segunda fase: Revisión de áreas funcionales, claves de puestos y titulaciones

  • Tercera fase Revisión de niveles y complementos

Antes de la reunión el representante de CC.OO nos comenta a todos los sindicatos, que cree que lo mejor antes de afrontar las necesidades de los servicios, sería desarrollar la ley 4 y la integración de las escalas, para no tener que rehacer lo hecho. Nos pareció bien, tiene sentido dentro de una negociación global, pero dejamos claro que donde teníamos que apretar era en el análisis por Consejerías de las necesidades de los servicios, y en dotar la negociación de un compromiso presupuestario, que podíamos negociar a varios años (2018/2019) para facilitar su aplicación, pero que sin presupuesto la negociación sería un paripé. Todo el mundo de acuerdo.

Negociación Low Cost

No tardó Narváez en enseñar sus cartas, y ya en su primera intervención sacó el comodín Perlines, “sin el certificado del DG de Presupuestos los actos son nulos de pleno derecho y puedo ir hasta a la cárcel” (pobrecito, qué cosas le pedimos). Y mostró su margen de maniobra “No todo es presupuestario, muchas veces por conseguir el 100% nos quedamos sin nada”, y que estaría dispuesto a negociar sobre la RPT medidas low cost, del estilo de mirar titulaciones, claves o funciones. Estaba claro que esta negociación no contaba con el visto bueno de Ruiz Molina, que parece mentira cómo está tratando a la administración a la que pertenece.

Ante esas posiciones, decidimos cargar con una buena tanda de argumentos en defensa del empleo público y de la calidad de los servicios, y no tardamos en acorralarle, y no tardó en empezar a soltar perlitas, del estilo: “está clarísimo que falta gente, pero si quisiéramos hacerlo no os necesitaríamos, cubriríamos las peticiones que nos hacen las Consejerías y listo”. O como cuando soltó: “todo el dinero se está gastando en educación y Sescam”, es decir para la Administración General no hay nada.

Y en esas estábamos, cuando el Director levantó la vista, miró a CC.OO y les dijo “¿entonces convocamos una mesa en septiembre para mirar los cuerpos y escalas?”, a lo que respondieron con un breve y rotundo “nosotros lo tenemos clarísimo, allí estaremos”, zanjando el debate y dejando cuajaos al resto de sindicatos, mientras Narváez sonreía socarronamente. Al día siguiente sacaron una nota triunfal, que parece redactada por el gabinete de la Consejería, y en la que no se menciona ni una sola vez la posición del Director, dando a entender la falsa idea de que va a haber una “futura negociación integral en la estructura global de la administración autonómica”. Cuando ha quedado demostrado que no hay voluntad ninguna para llevarla a cabo. No solo le salvan el culo, sino que además le lavan la cara.

En STAS también lo tenemos clarísimo, y estaremos en esa negociación, para garantizar que la integración de las escalas y el desarrollo de los cuerpos se haga contando con vuestra voz. Para eso os invitamos, como siempre, a que nos enviéis vuestras aportaciones a cualquier dirección de correo del sindicato. Y más nos vale que todo el mundo participe, porque como lo dejemos de su mano se lo apañan sin contar con nadie.

Which side are you on?

La situación que relatamos no es una cuestión puntual de esta mesa, CC.OO lleva meses en clara connivencia con la DG de Función Pública, recibiendo un obsceno trato de favor en detrimento del resto de fuerzas sindicales. El precio ya hemos visto cual es, y ahora tenemos que decidir qué hacer.

Como se ha demostrado en innumerables ocasiones, solo desde la unidad sindial podremos alcanzar nuestros objetivos. El caso de las escalas es un ejemplo clarísimo, ¿o es que alguién se cree que lo ha conseguido CC.OO? Pues claro que no, lo conseguimos entre todos el día que nos levantamos de la mesa y les pusimos en jaque; el problema es que el objetivo final se quedó por el camino y un 93% de la plantilla excluida de las mejoras.

Por tanto, tenemos dos opciones: batallar por conseguir que en los presupuestos se destinen partidas importantes para la Administración General o conformarnos con las migajas que nos pongan sobre la mesa. ¿Tú de qué lado estás?

https://www.youtube.com/watch?v=greRbA1wjQE

(*) El rey inglés, Eduardo I, envía a los irlandeses contra William Wallace y sus tropas, pero los irlandeses se unen a los escoceses. Las tropas de Wallace, ahora con los irlandeses de su lado, luchan contra la infantería inglesa produciéndose una intensa batalla. Cuando Wallace hace la señal para que la caballería cargue por los flancos, se percata de que los nobles escoceses huyen con sus tropas, dejándoles tirados en mitad de la refriega. En el siguiente plano, un noble inglés (de Libre Designación) le pregunta a Eduardo I que responde: “A uno le di el doble de sus posesiones en escocia y parte en Inglaterra, el otro aceptó por mucho menos”.