ACCI脫N POR LA SALUD DE LAS MUJERES

El papel de la mujer dentro de la sociedad, generalmente, es de un menor estatus social que el del hombre, traducido autom谩ticamente en una relaci贸n de poder desigual. Un ejemplo muy claro, la mujer se encuentra en total inferioridad de condiciones en la familia, la comunidad y la sociedad en general; tiene un menor grado de acceso a los recursos y a su gesti贸n; y ya no hablemos de la toma de decisiones, la cual tiene menor peso que la de un hombre. Todos estos factores han contribuido a que se d茅 por hecho la salud de las mujeres y a que no se le preste la atenci贸n que merecen.

La introducci贸n de la perspectiva de g茅nero dentro del 谩mbito sanitario ha supuesto un gran avance a la hora de comprender los problemas sanitarios de la mujer y determinar las diferentes actuaciones sobre el problema a todas las edades. El ejemplo m谩s claro lo encontramos en las enfermedades cardiovasculares, las cuales son una de las grandes causas de mortalidad femenina, pero de las que no se tiene suficiente conocimiento, produciendo un atraso en los tratamiento y formas de diagn贸stico para el colectivo femenino.

Fij谩ndonos en la situaci贸n actual de postconfinamiento, el informe redactado por el Instituto Catal谩n de las Mujeres pone de manifiesto la influencia desigual que ha tenido la pandemia para mujeres y hombres. En este mismo informe se refleja que la situaci贸n ha sido peor para ellas. En general las mujeres han puntuado m谩s alto en percentiles de: percepciones, estados de 谩nimo y preocupaciones que los hombres. Las mujeres dicen sentirse tambi茅n m谩s nerviosas, melanc贸licas, intranquilas y tristes que el colectivo masculino. Seg煤n un estudio del IESE ( Bussiness School de Navarra) las mujeres que han teletrabajado durante la primera parte de la pandemia han sufrido un 20% de fatiga mental y un 16% de estr茅s m谩s que los hombres, debido a la mayor dedicaci贸n al cuidado de los hijos/as o familiares dependientes, esto teniendo en cuenta a un n煤cleo familiar de 2 progenitores, porque cuando hablamos de familias monoparentales la situaci贸n empeora, aumentando en un 13% la fatiga mental sobre el percentil anterior, y un 2% sobre el de estr茅s.

Si ya hab铆a una gran diferencia en la carga de tareas dom茅sticas y el cuidado de la familia, la pandemia las ha perpetuado y empeorado, cuesti贸n que todav铆a sigue invisibilizada. El hecho de tener hijos/as es un factor muy relevante, independientemente del nivel de estudios del que hablemos; las mujeres destinaron un esfuerzo suplementario de forma no compartida.

La conciliaci贸n entre la esfera privada y la p煤blica es uno de los grandes factores para encarar la desigualdad entre hombre y mujeres. Con la imposici贸n del teletrabajo se ha manifestado el conflicto sufrido por la mujer; lo que podr铆a haber significado un paso hacia delante en la paridad, no ha conllevado a la conciliaci贸n laboral esperada. La carga de las mujeres ha sido mucho m谩s alta, dificultando la doble jornada que ya exist铆a en la pre-pandemia, generando aut茅nticas dificultades para las mujeres.

Entre las mujeres m谩s perjudicadas se hayan las mujeres migrantes en situaci贸n irregular, las v铆ctimas del tr谩fico, las mujeres con diversidad funcional, las mujeres en los campos de refugiados y todas las mujeres que no son atendidas y que ven vulnerado su derecho a la salud a causa de los deficientes sistemas de salud p煤blica.

Exigimos a la sociedad y a las Administraciones, que pongan inmediatamente soluci贸n a todas estas desigualdades: aplicaci贸n de la perspectiva de g茅nero en la SANIDAD; implementaci贸n de medidas efectivas de CONCILIACI脫N que realmente logren la corresponsabilidad, y la erradicaci贸n de cualquier tipo de VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.

Organizaci贸n de Mujeres de la Confederaci贸n Intersindical