Lo del gobierno “del cambio” es para ponerse a recoger firmas para que vuelvan los guiñoles del canal plus, porque solo desde el humor se pueden entender y soportar unas políticas que no guardan ningún parecido con lo que predicaron en campaña, con lo que aprobaron en sus congresos e incluso con lo que firmaron ante notario. Por desgracia, el nivel político de nuestra región no da para los guiñoles, y nos tenemos que conformar con los chistes mal contados de un dúo cómico amor-tizado, que vino a reconstruir los servicios públicos pero pretende cerrar la legislatura inaugurando centros privatizados por ellos mismos. El Festival es de humor, pero negro.

Si hace unas semanas era Page quién presentaba a bombo y platillo el Plan de Infraestructuras Horizonte 2020, de la Consejería de Bienestar Social, que en la práctica puede convertirse en la mayor privatización de centros sociales de la historia de la Junta, ayer fue el vicepresidente segundo y SG de Podemos, José García Molina, el que renunciaba a la gestión directa de los servicios sociales para entregársela a las entidades del Tercer Sector, consolidando una gestión Low Cost de los servicios públicos, con menos derechos laborales para sus trabajadoras, su gran mayoría, y peor calidad en el servicio para la ciudadanía. Reír por no llorar.

El Plan de Page

A diferencia del PP, Page suele envolver las tijeras con una buena capa de edulcorante, “La importancia de enmarcarlo en un Plan” de la que nos hablaba el presidente. De esta manera, su plan es sencillo y en apariencia loable, pues se trata de abrir progresivamente los centros sociales construidos y paralizados en 2011, un total de 122, de los cuales se abrirán un 30 por ciento este año, con el objetivo de llegar al 60 por ciento de apertura en 2020. Lo que supondría la creación de 2.000 plazas nuevas de residencia y la creación de 4.000 puestos de trabajo. Ohhh, un mago!!!

El problema es que a Page se le olvidó aclarar el modelo de gestión de esos centros, y la experiencia, que es la madre de la ciencia, nos demuestra que cada vez que esto sucede el gobierno apuesta por la gestión indirecta, es decir por la privatización o externalización de los servicios públicos: ya sea con la red clientelar o con el modelo mixto de gestión. Ese por el cual la dirección y el personal facultativo del centro son públicos, mientras el resto de colectivos, el grueso de la plantilla, son externalizados. ¿Se entiende ahora mejor la cacicada del personal directivo? La única duda que nos queda es si ya tenían el listado de los 122 amiguetes o si esas cosas las van improvisando sobre la marcha.

Por si a alguien le quedaba todavía alguna duda o esperanza de que esto no fuera así, Page se encargó de recordarnos que está previsto que este año quede aprobada la Ley del Tercer Sector, que «va a ser absolutamente pionera» en España, una norma que «tiene más alma que ninguna» y que ha confiado que, incluso, se pueda incorporar en un artículo en el Estatuto de Autonomía ante su posible reforma. Como acto simbólico, incluso poético, le podrían adjudicar el artículo 135, para que así recordemos más fácilmente cómo se consolida normativamente la privatización de los servicios públicos.

Ejemplos prácticos.

El pasado mes de enero sacamos un Lapicero en el que parodiábamos un anuncio de Idealista, anunciando la privatización masiva de distintos centros sociales en toda la región (¿recordáis el listado?). Tras su publicación, el 20 de enero de 2017, nuestra querida tita Aurelia (1) salía al quite diciendo que el Gobierno regional “no ha hablado de privatizar ni de externalizar servicios en el centro de discapacitados Las Moreras, de Talavera de la Reina, y de la residencia de mayores Hospitalito del Rey, de Toledo”.

El 15 de diciembre del año pasado el gobierno externalizaba a una entidad del tercer sector la gestión del CADIG de Talavera de la Reina, “el mejor de Castilla-La Mancha y uno de los mejores de toda España”, como lo calificó la Consejera. El 18 de enero de este año caía la Residencia de Mayores de Vianos (en la sierra de Albacete), y después vendrán las de El Ballestero, la de Lezuza y la de Molinicos… y así hasta 122. Residencias nuevas, perfectamente equipadas y pagadas con dinero público que pasarán a manos de su red clientelar y que serán blindados con la bendición de Molina.

Vice-ventrílocuo segundo

Ante este panorama privatizador planteado por el presidente, el vicepresidente segundo tenía dos opciones: hacer valer el punto 4 del acuerdo de investidura “paralizando todos los planes de privatización los servicios dependientes de la JCCM”, o entregarse dócilmente al liberalismo Ruiz Moliniano y a la demagogia Emilianista, intentando vender sus Planes privatizadores como si fueran “un gran avance” debido al “Efecto Podemos”. Molina eligió ser un muñeco en manos de su ventrílocuo.

De esta manera, Molina se citó en el cigarral de Caravantes, (qué lejos quedan las plazas cuando se pisa moqueta), para decir lo mismo que Page pero con otras palabras, igual de huecas y presuntuosas: Estrategia 9/19, “Medidas para gobernar”. En el punto 5, dentro del programa APOYANDO, se establece la creación de “un Concierto Social por el cual las entidades sin ánimo de lucro puedan hacerse cargo, mediante la acción concertada, tanto de la gestión de centros como de prestaciones o servicios, evitando que tengan que competir en condiciones de inferioridad con las empresas privadas”. Fin de la cita.

Privatizar es privatizar, lo haga Page, lo haga Molina, o lo haga Cospedal.

Desde STAS-CLM no nos vamos a quedar callados viendo como desmantelan los servicios públicos y vamos a denunciar todas y cada una de las privatizaciones y externalizaciones que se lleven a cabo. ¿Esa es la brillante estrategia del gobierno de aquí a las elecciones? ¿Ese es el final de legislatura que quiere el dúo cómico?

LO PÚBLICO NO SE VENDE, SE DEFIENDE

GOBIERNE QUIEN GOBIERNE

  1. La consejera sindicalista, la consejera con más alma, la consejera de la casa… Ja! eso sí que tiene gracia.