Primero fue su recurso en los tribunales contra el pago de jugosas productividades a determinados funcionarios del Ayuntamiento de Albacete. Luego su oposición, con sonoras pitadas incluidas, a la pretensión del equipo de gobierno de congelar parte de las subidas salariales que estaban aprobadas.

Ni lo uno, ni lo otro, gustó al equipo de gobierno socialista. Y menos viniendo de los delegados sindicales de la Unión General de Trabajadores (UGT), el sindicato en el que, para más inri, milita la propia concejal de Personal, Teresa Losa.

La dirección del sindicato, cuyas riendas están en manos de una gestora desde febrero, empezó a adoptar medidas. «Nos quitaron horas sindicales y nos dijeron que todo lo que hiciéramos, da igual que fuera una rueda de prensa, un recurso en los tribunales o una manifestación, tenía que ser autorizado por la calle Mayor, todo lo tenía que controlar Antonio González Culebras», relataba ayer Manuel Sánchez Tendero, delegado sindical que, visto lo visto, se ha marchado de UGT, igual que han hecho casi todos sus compañeros.

También los afiliados

De los 7 delegados que tenía el sindicato de Cándido Méndez en el Ayuntamiento, sólo uno sigue representando a la UGT, los otros seis se han marchado «junto con el 60% de los afiliados que UGT tenía en el Ayuntamiento». Calculan que de 110 empleados municipales que pagaban la cuota sindical a este sindicato, más de 50 se han dado de baja. «Este es un capítulo más de los que está escribiendo UGT en lo que va de año», declaró Manuel Sánchez, «entendemos que lo que han hecho los dirigentes del sindicato es una labor de limpieza para que no haya gente que estorbe al PSOE de Albacete que gobierna en el Ayuntamiento». Hay que recordar que tras el cese en febrero del secretario provincial, Eduardo Mayordomo, la dirección regional del sindicato a cuyo frente está Carlos Pedrosa, descabezó la Federación de Servicios Públicos (FSP), pese a que «tenía más de 500.000 euros de superávit y 1.500 nuevos afiliados». Las razones las tienen claras, la línea sindical «no era del gusto del PSOE».

Ante esta situación, estos seis delegados sindicales, que dicen seguir siendo representantes de los trabajadores porque así fueron elegidos por ellos en una votación, han decidido no quedarse «con la boca tapada» para «no ser víctimas de un delito de opinión».

Ni tablón de anuncios

Sin embargo, se han encontrado con que el equipo de gobierno no los cita a ninguna reunión ni de la Comisión de Personal, ni de la Mesa General de Negociación o de Productividades, «tampoco nos dejan ningún local, ni tablón de anuncios, ni ordenador, ni tan siquiera un correo electrónico para facilitar la relación con los trabajadores».

Así las cosas, han buscado refugio en el STAS, el Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de Administración y Servicios de Castilla-La Mancha, y confían que en las próximas elecciones sindicales, que se tienen que celebrar en los primeros meses del 2011, los empleados municipales sigan confiando en ellos para defender sus intereses. Incluso, aspiran a lograr algún delegado más con las siglas del STAS, recogiendo el «descontento» que hay «con los grandes sindicatos, como CC OO y UGT» tal y como se ha visto en la huelga general, pues no han tenido la capacidad de arrastre esperada».

«En este sindicato hemos encontrado una puerta de libertad para trabajar sin cortapisas, ya que funciona de una manera asamblearia». De momento, reclaman estar presentes en las reuniones, «por lo menos con voz, aunque sin voto, para dar nuestra opinión».

Reprochan al PSOE «que se jazta de ser un partido progresista» que les niegue la palabra. «El PSOE ha dado un giro a la derecha en su política sindical», llegó a decir José María Aguilar, empleado municipal que respaldó a sus compañeros.