¿EN QUÉ PIENSAS, MOLINA? O quizás, habría que precisar la pregunta: ¿en qué piensas, Molina, hoy? Durante la legislatura, según el momento y el lugar, Molina ha sido complaciente con las políticas continuistas de Page y a los innumerables desprecios del PSOE, mientras que, en otros casos, ha puesto el grito en el cielo, con más teatralización que contenidos, hasta llegar a la ruptura total de forma sorpresiva y poco justificada, rechazando los presupuestos para el presente año. Hay que recordar que esos presupuestos, aunque insuficientes, ofrecían mejoras importantes, algunas vinculadas al propio “Plan Podemos” y otras que se incorporaron en forma de enmienda como, por ejemplo, la apertura de la residencia para mayores del Hospitalito del Rey de Toledo, con personal 100% público.

Después de esta trayectoria y el último desenlace, lo que menos esperábamos era oír hablar de boda. Parecía más lógico prolongar las relaciones en la mejora de los presupuestos rechazados, es decir, mejorar y ampliar los contenidos ya existentes. De momento esto no parece garantizado e incluso ya se han detectado importantes ausencias, como la del Hospitalito del Rey de Toledo, aunque no se hable mucho de ello, que la boda tiene sus preparativos.

Las trabas parecían muy difíciles de superar, los reproches eran muchos y las reivindicaciones exigentes. Molina aparentaba firmeza y convicción: “No vamos a admitir unos presupuestos maquillados”. También indignación: “El PSOE ha rechazado 20 enmiendas que reflejaban el grueso del cambio político”. Y claridad: “Mantienen privilegios de altos cargos y externalizaciones de servicios públicos inadmisibles”. En esos momentos parecía que la única solución posible era una dura negociación que solo se saldaría con acuerdo si los presupuestos regionales para el año 2017 incluyesen importantes cambios.

Nos preguntamos, ¿cómo es posible el acuerdo ahora, si los presupuestos apenas se han tocado, reconocido por el gobierno, e incluso se han rechazado alguna de las enmiendas antes aprobadas? Y es inevitable otra pregunta: en este lío de los presupuestos, ¿qué aporta la entrada en el gobierno de Page de 2 consejeros de Podemos? Molina tiene que saber que ser el vicepresidente del gobierno de Page y el tener toda una Consejería en el gobierno de Page, no va a cambiar las políticas del gobierno de Page, que seguirá siendo el gobierno de Page. ¿O pretende Molina ganar alguna votación en el seno del gobierno? Volvemos al principio, ¿en qué piensas, Molina?

La pregunta que ha elaborado Molina y su equipo, dirigida a las personas inscritas en Podemos, no nombra las dos consejerías sobre las que pivota el acuerdo y no pregunta por separado sobre los presupuestos Además de tendenciosa, la pregunta es confusa. Dice lo siguiente: «¿Crees que Podemos Castilla-La Mancha debería votar sí a los presupuestos si con un acuerdo de gobierno se garantiza la puesta en marcha y el control de políticas propias como la Renta Garantizada o el Plan de Garantías Ciudadanas?»

Qué distinto, aunque más fiel con la realidad sería si se preguntase: «¿Crees que Podemos Castilla-La Mancha debería votar sí a los presupuestos, que apenas se han modificado, si nos dan dos consejerías?». Qué distinto si se pregunta sobre lo que se renuncia, por ejemplo: ¿renuncias a unos servicios públicos de calidad para ti y tus hijos e hijas? O, ¿renuncias a una oposición coherente con los intereses de las clases populares y exigente con el gobierno?

El conjunto de las Mareas, Sindicatos, Movimientos Sociales que no son muletas del Gobierno y la ciudadanía tenemos memoria y unas importantes luchas en las que hemos encontrado sintonía con las reivindicaciones que Podemos llevó en su programa, plasmó en el acuerdo de investidura y ha defendido respecto a los presupuestos 2017 y, en ningún caso se ven garantizadas en el rápido y “conveniente” acuerdo matrimonial con el PSOE de Page. Como comprenderá Molina, los sillones no nos resuelven, ni mucho ni poco, los sillones no te permiten cambiar la política de un gobierno y te hacen corresponsable de la misma.

Los compromisos adquiridos obligan a Podemos a exigir unos contenidos mínimos que deben contener los presupuestos y las políticas del gobierno respecto a la lucha contra la desigualdad y la defensa de los servicios públicos y a su estricta vigilancia desde la independencia de la oposición y así poder ir creciendo como alternativa real de poder, sea dicho todo de paso.

¿En qué piensas, Molina, cuando, la que puede ser tu colega de gobierno, la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, dice que hay que hablar del “tipo” de gestión del Hospitalito del rey de Toledo? ¿Piensas que va a proponer una gestión directa, tal y como venía contemplado en los presupuestos rechazados y no contemplado en los actuales? ¿Sabes que va a proponer la privatización, aunque la denomine “externalización”, “convenio”, “tercer sector”, etc.? Entonces el sillón solo va a valer para que te remuevas inquieto y la defensa del sector público, los pactos de investidura, las condiciones “mínimas”, etc. quedarán en el olvido sujetando alguna pata del sillón.

Otro efecto que tendría la creación de los sillones, es el acompañamiento que llevan de asesores y asesoras, puestos de libre designación, y demás agasajos que volverán a recaer sobre el castigado Servicio Público y la sufrida RPT, que no necesita más consejerías, y si necesita más empleadas y empleados públicos con condiciones dignas.

Castilla-La Mancha no necesita más sillones, necesita soluciones. Y tú, ¿en qué piensas, Molina?

STAS-Intersindical – CLM. Julio de 2017