Prensa 24092010
La intersindical arremete contra UGT, CCOO y la especulación
Los miembros de la Intersindical de Castilla-La Mancha, considerados como la alternativa a las dos centrales principales, aseguran que los miedos de no apoyar la movilización por los descuentos en las nóminas no deben existir, “pues ya quitan todos los meses y si no quieres que sean 50 euros por ese día en defensa de tus derechos, en cambio, aguantas que te estén quitando siempre 100”.
La alternativa a las dos centrales sindicales mayoritarias en nuestro país, UGT y CCOO, como ellos se consideran, es la Intersindical de Castilla-La Mancha, que agrupa a STAS, STE y SF. Acusan a los dos grandes sindicatos de secundar la huelga general del día 29 para salvaguardar sus propios intereses sin pensar en los trabajadores, que son los verdaderamente afectados. «Es una huelga convocada a destiempo porque se tenía que haber realizado en la primavera de 2009, cuando ya entonces el Gobierno se apuntaba a las acciones promovidas por el capital especulativo, pues también estamos en una crisis política, al no apoyar los gobernantes a los votantes que les hicieron llegar al poder, sino a esos especuladores».
Acusan también a UGT y CCOO de dejarles fuera en la negociación, aunque se trata de organizaciones representativas. «Al final, han convocado la Huelga General porque se rompió la la relación con el Estado y les han robado la cuota de poder que tenían», mantienen desde la Intersindical. Esa sería la gran diferencia de esta huelga respecto a las otras llevadas a cabo durante la democracia española, «la desconfianza en los dos grandes sindicatos», apunta Sancho.
En cualquier caso, esta agrupación sindical aboga por secundar la movilización prevista, pero manteniendo las protestas en el tiempo «al estilo de Francia y de Grecia». En este sentido, se solicitan unos salarios dignos, sin recortes; servicios públicos de calidad y para todos; por la estabilidad en el empleo, sin abaratar el despido; por el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones y por el trabajo de los jóvenes, en contra de la prolongación de la edad de jubilación. Según Sancho, «esta huelga puede ser el primer gran paso para esa serie de movilizaciones que desmonten la reforma laboral, con el abaratamiento del despido de 40 días por año trabajado a 20, de los que sólo 12 pagarían los empresarios y el resto el Estado, además de otras medidas que van a ir apareciendo como recortes sociales: el pensionazo, establecer el copago sanitario… para lo que necesitamos apoyo».
La situación de muchos trabajadores y familias es crítica, según apunta Juan Luis Peñuelas, del Sindicato Ferroviario, «porque hay ya casi un millón de personas que han dejado de percibir todas las subvenciones que se les podían dar. Creemos que no se acomete la reforma que se tendría que hacer, sino lo que se consigue es dar todavía más fuerza al empresario y eso no es bueno».
Por su parte, desde el Sindicato de Trabajadores de Administración y Servicios se quejan de la pérdida de los derechos sociales conquistados durante un siglo. «Queremos tocar la conciencia de los ciudadanos y pensar que no se les caiga la cara de vergüenza a nuestros abuelos. Sólo en homenaje a ellos, deberíamos ir todos a la huelga», comenta Isabel García. Además, indica que «los empleados púbicos y los demás somos los que pagamos los aspectos sociales y trabajamos para los demás”.