Desde STAS apoyamos la concentración que el comité de empresa de Sanidad, convoco el viernes 27 de junio a las puertas de la delegación, para denunciar públicamente la grave situación que se vive en la Unidad Residencial Rehabilitadora (URR) del Hospital de Alcohete (Guadalajara), donde las condiciones laborales y asistenciales han tocado fondo. Lo que está ocurriendo allí no es solo una cuestión de mala gestión: es una negligencia institucional con consecuencias directas sobre la salud mental y la dignidad de las personas.

 

FALTA DE COBERTURA DE VACANTES E INCAPACIDADES TEMPORALES

Las plazas vacantes no se están cubriendo, al igual que las reducciones de jornada por conciliación, y tampoco se sustituyen las bajas por Incapacidad Temporal. Esto genera una carga de trabajo insoportable para el personal, poniendo en riesgo su salud física y mental y, lo que es peor, la atención adecuada a los usuarios del centro.

La Inspección de Trabajo ha instado formalmente a la Delegación Provincial a que proceda a la cobertura inmediata de estas plazas.
A pesar de ello, la Administración sigue mirando hacia otro lado, demostrando un preocupante desprecio hacia sus obligaciones legales y éticas.

 

INSTALACIONES EN ESTADO DEFICIENTE

El centro sufre deficiencias estructurales y de mantenimiento inaceptables: mobiliario deteriorado, infraestructuras obsoletas y un entorno nada adecuado para personas con trastornos mentales graves. Estas condiciones deterioran el clima terapéutico, desmotivan al personal y comprometen la seguridad de todos.

 

FALTA DE RECURSOS CLÍNICOS: URGEN 2 PSIQUIATRAS Y 1 PSICÓLOGA/O

El abordaje terapéutico de los residentes exige la presencia estable y continua de profesionales de salud mental. A día de hoy, la plantilla no cuenta con los recursos mínimos imprescindibles:

• Se necesita urgentemente la incorporación de 2 psiquiatras a tiempo completo.

• Y al menos 1 psicóloga/o clínica/o con presencia constante.

Sin estos perfiles, la atención médica es intermitente y fragmentada, lo que pone en riesgo la evolución y la estabilidad de los pacientes.

 

¿A QUIÉNES ESTÁ AFECTANDO ESTA SITUACIÓN?

• A los usuarios y usuarias del centro, que ven vulnerados sus derechos más básicos: ser atendidos con dignidad, profesionalidad y continuidad.

• A los trabajadores y trabajadoras, que soportan cargas inasumibles, estrés crónico y condiciones indignas.

• A todo el sistema público, que ve cómo una unidad de salud mental queda reducida a la improvisación y el abandono.

 

EXIGIMOS:

1. Cumplimiento inmediato de los requerimientos de Inspección de Trabajo y cobertura de todas las plazas vacantes y por IT.

2. Inversión urgente en la mejora de las instalaciones.

3. Contratación estable de dos psiquiatras a tiempo completo y un/a psicólogo/a.

La salud mental no puede ser un lujo ni una foto para campañas institucionales. Debe ser una prioridad real respaldada con hechos y con recursos.

Desde STAS no vamos a callar. Seguiremos defendiendo al personal y los y las usuarias de la URR hasta que se garantice una atención digna, segura y justa para todos.

 

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