? SORPRESÓN DE CIERRE. LA DESFACHATEZ DEL GOBIERNO IMPIDE EL ACUERDO.
Nadie podía esperar un final tan abrupto para una negociación tan próxima al acuerdo unánime. El depredador del acuerdo ha sido, el áspero y destemplado, Director General Función Pública, José Narváez, pero su firmeza e inmovilismo sin recesos (consultas) indican que la decisión venía tomada. No fue una decisión torpemente improvisada, fue una decisión del Gobierno, en este caso del Consejero Ruiz-Molina, que nos castiga a una situación, en materia de teletrabajo, mucho peor que la que igualmente impuso Cospedal.
Sobre la mesa había un preacuerdo, considerado mínimo por todos los sindicatos y fruto de un trabajo intenso y de cesiones por ambas partes. El equilibrado preacuerdo estaba pendiente de resolverse definitivamente en función de la duración de la “presencialidad” mínima que quería introducir la Administración de 2 días a la semana, que terminaba pervirtiendo el cómputo mensual e impedía injustificadamente la flexibilidad. Los sindicatos buscamos una posición intermedia dejando esa obligación en un día semanal. José Narváez inicia el primer acto de su burla y, a pesar de que en la última reunión nos hizo pensar que se admitiría el día en lugar de dos, nos dice que, de manera inflexible, se mantienen los dos días.
Las respuestas sindicales, realmente es una, por orden CC.OO., CSIF, UGT y STAS-INTERSINDICAL reiteran con confianza que, si se admite la última propuesta, el voto será favorable al texto del Decreto, pero si la Administración mantiene los dos días, el voto será la abstención. La inmediata y cenutria respuesta de José Narváez, inició el segundo acto de su burla cuando, con tono de matón, nos dice que si no se produce un voto favorable mayoritario, es decir si se mantiene la abstención mayoritaria en la parte social, la Administración se desdice de todas y cada una de las mejoras incorporadas al Decreto y vuelve a su propuesta inicial (40%, exclusión de puestos y funciones, etc.). Ante este rastrero, vil y despreciable chantaje que impide cualquier acuerdo, los sindicatos indignados expusimos todo tipo de argumentos, incluidos los éticos y políticos, que no sirvieron de nada.
STAS-INTERSINDICAL pidió a trabajadoras y trabajadores que definiesen el voto que tendría que llevar delegado a la mesa de negociación. La respuesta ha sido grande a pesar del poco tiempo habido y cerca del 60% de las personas votantes decidieron el voto favorable que no hemos podido hacer efectivo por la trampa perpetrada por la Administración.
El tercer y último acto de la burla ha sido también rotundo e inequívoco, el “macarra” ejecuta su amenaza de inmediato. Los sindicatos atónitos nos situábamos en el nuevo contexto, que rompía estrepitosamente el tono y el fondo del preacuerdo existente hasta ese momento, cuando José Narváez con una rapidez que contrasta con su torpeza, da por finalizada la reunión, desoyendo las peticiones sindicales de continuar la negociación, y anuncia que se publicará el Decreto según el texto de su primera propuesta.
¿Increíble? No, porque hemos sido testigos y víctimas; pero impresentable, improcedente, indecente y prepotente, entre otras cosas, sí y mucho. El papel de malo le ha tocado a José Narváez y la verdad es que se está encasillando ya que después de 4 condenas por vulnerar derechos fundamentales y su contrastada incapacidad para llegar a acuerdos aún teniéndolos tan cerca, le hacen merecedor del calificativo de “malo” tanto en sus vertientes moral, profesional y política.
La mano que maneja el detonador está en el gobierno de García-Page y mantiene una cínica postura respecto al teletrabajo, ya que lo promociona y subvenciona para las empresas y lo reduce o lo niega para su personal. Su posición no tiene ni justificación económica, ni política, ni organizativa… ni de cualquier otra índole, exclusivamente se basa en su insana desconfianza respecto a trabajadoras y trabajadores públicos. Lo que sería totalmente impresentable en cualquier ocasión, la actual crisis pandémica lo convierte en irresponsable e imprudente.
Si esa decisión y responsabilidad que denunciamos del gobierno y en concreto del consejero Ruiz-Molina, no existen, mañana mismo debería ser fulminantemente cesado el Director General por su incapacidad y torpeza, tal y como hemos pedido STAS-INTERSINDICAL en la misma mesa de negociación. Si no es así, es porque su actuación está avalada y respaldada por su Consejero Ruiz-Molina, que entonces sería el que debería dimitir.
Las cuatro Centrales Sindicales, STAS-INTERSINDICAL, CC.OO., CSIF y UGT, hemos denunciado públicamente los hechos, solicitando la reapertura de la negociación. El único que puede ahora resolver el conflicto y la ruptura, o cargar con sus consecuencias es el propio gobierno de García-Page, que es, en última instancia, quien tiene que aprobar el decreto. Las organizaciones sindicales seguiremos manteniendo la unidad (ahora sin casi), en la lucha por un teletrabajo accesible y digno para el personal de la Junta de Comunidades. Desde STAS-INTERSINDICAL impulsaremos esa unidad fortaleciéndola desde las bases, tal y como hemos hecho en esta ocasión en la que han participado cientos de compañeras y compañeros con sus propuestas, reflexiones y votaciones.
Seguiremos informando y reivindicando que por una negociación honesta, leal y eficaz el Director General de la Función Pública, José Narváez, y el Consejero de Hacienda y AAPP, Ruiz-Molina, deben dimitir o ser cesados de manera inmediata.
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