Lunes, día 29 de julio, 12:00 horas, salón de actos de la Consejería de Bienestar Social en la ciudad de Toledo. Presentación del equipo de gobierno de la Consejería de Bienestar Social a la que han sido invitadas todas las personas que trabajan en la Consejería.

Faltaron las luces y la música para hacer una entrada estilo NBA por parte de la Consejera de Bienestar Social Aurelia Sánchez encabezando su equipo directivo, que lo forman 3 Viceconsejerías, 4 Direcciones Generales, la Jefatura del Gabinete y las 5 Delegaciones Provinciales. Un equipo muy superior al de la anterior etapa de la misma Consejera y con las mismas competencias.

Casi una hora de autobombo, reconocimientos y halagos para Page, mucho discurso genérico e inconcreto, que no informa de nada, que no presenta nada, que no se compromete con nada, en definitiva, que no dice nada de nada, pero que es políticamente correcto.

Cuando parecía que el acto se iba a cerrar con otro de los aplausos del grupo más afín, alguien entre el público, un funcionario de la casa, sindicalista de STAS-CLM, invitado, como el resto a la presentación, animado por las palabras de la Consejera a favor de la participación y de la crítica constructiva, reclama la palabra:

-. ¿Puedo hacer una pregunta?

La Consejera, Aurelia Sánchez, pasa por las siguientes fases:

Primera. Hace como que no ve ni oye a alguien de más de metro ochenta, agitando el brazo levantado y alzando la voz reclamando hacer una pregunta. Ya se cansará, pensaría.

Segunda. El preguntón no se cansa e insiste. La Consejera intenta una desactivación rápida e indolora: “-. Ven y hablamos en privado”

Tercera. El generoso ofrecimiento no convence al tenaz compañero que hace valer el interés de las personas allí presentes y la procedencia del tema para insistir con su pregunta. Aurelia Sánchez, cada vez más contrariada, gana tiempo y dice que después de la foto del equipo podrá hacer la pregunta.

Cuarta. Aurelia Sánchez posa con su equipo mientras piensa como eludir la dichosa preguntita, sin quedar muy mal y sin llegar tarde a la comida que tienen contratada en la Venta de Aires.

Quinta. La Consejera parece camuflarse en la melé que le procura su equipo y el Gabinete en pleno, pero esa maldita mano sigue agitándose y alzada y todo el salón está pendiente de la esperada pregunta.

Sexta. Ya no queda otra, sin poder ocultar su malestar, Aurelia Sánchez autoriza al perseverante e incansable compañero a que haga la pregunta.

LA PREGUNTA

¿Puedes informar sobre la empresa público-privada de servicios sociales de la que habló el presidente Page y también sobre la reapertura de la Residencia de Mayores de Toledo el “Hospitalito del rey” que lleva más de doce años cerrada?

LA RESPUESTA

La Consejera, con signos evidentes de ofuscación, contesta con un rotundo NO HAY NADA de la empresa público-privada (¿a pesar de las palabras del admirado presidente Page?), para precisar después con un “ahora mismo” y anticipar que “tenemos que crecer”, “considerar nuevas fórmulas e ideas”, “potenciar la concertación”, “el Tercer Sector…”. Es decir: ALGO HAY (que me guardo) y ya os enterareis cuando esté en marcha. Esto sí que da miedo.

Del Hospitalito del rey, más de lo mismo: “hay más de 100 centros cerrados”, “poquito a poco”, “ya veremos” …

Nuestro tenaz e incansable compañero demandó más precisión en las respuestas y apeló al compromiso con los sindicatos, adquirido por el gobierno de Barreda, para la apertura del Hospitalito y a la sensibilidad de la propia Consejera con el hecho sindical, como ella misma había manifestado a la prensa en alguna ocasión.

La Consejera, Aurelia Sánchez no pudo más, desbordó su cintura y se desató, ante la perplejidad de las personas presentes, con un furibundo y brutal ataque contra el compañero preguntón: “No voy a tolerar…”, “Eres un maleducado…” etc. Mientras su séquito de altos cargos, con sus altas cargas, rodeaban a la Consejera para “proteger” su salida hacia el emblemático restaurante toledano que les esperaba y que, seguramente, pagaremos entre todos y todas.

CONCLUSIONES.

Primera. La Consejera Aurelia Sánchez no tiene cintura política alguna.

Segunda. La transparencia en la Consejería de Bienestar Social es totalmente opaca.

Tercera. Nos preparan una muy gorda con la empresa público-privada que anunció Page.

Cuarta. Una simple pregunta y el empeño y tenacidad de un compañero hace perder los papeles a la Consejera.

Quinta. Tenemos que estar muy atentas y atentos a las políticas que se emprendan desde la Consejería de Bienestar Social y seguir hasta más allá del “cansinismo” con nuestros y vuestros incómodos deditos alzados.

¿Puedo hacer una pregunta…?