El gobierno aprueba un Decreto para colocar y blindar a sus amiguetes como altos directivos en la Junta

Jueves, 25 de enero de 2018, al inicio del Pleno de las Cortes de C-LM el presidente García-Page toma la palabra por alusiones, por primera vez en toda la legislatura, para desmentir la aprobación del Decreto de Personal Directivo que el día anterior había destapado STAS-CLM, y que había supuesto un enorme escándalo en los centros de la Junta de Comunidades y en la propia opinión pública.

El presidente, en un tono muy digno y ofendidito, proclamó a los cuatro vientos que “En mi vida voy a consentir que se coloque a ningún amiguete en la administración pública”. “Mientras yo sea presidente ningún cargo público, escúchenme bien, ningún cargo público se va a quedar de funcionario fijo para toda la vida y con prebendas de ningún tipo, eso se lo puedo asegurar”. Tan rotundo fue el mensaje, que hasta el PSOE-CLM sacó un vídeo con las declaraciones.

Dieciocho meses y una mayoría absoluta después, García-Page, traicionando su propia palabra ha aprobado la cacicada de la que renegó, en pleno agosto, con la mitad del personal de vacaciones, y sin pasar por Mesa de negociación alguna. Se sientan las bases para colocar a sus amiguetes en la administración pública por la puerta de atrás, con contratos de alta dirección, dorados y blindados, sin la exigencia de ser ocupado por personal funcionario, con la falta de garantías para la ciudadanía que eso conlleva, y sin control sindical.

El Decreto de Personal Directivo puede afectar a toda la estructura administrativa, a los puestos con niveles de 26 a 30 que pasan a estar directamente amenazados, y al resto del personal funcionario cuya amenaza consiste en relegarnos a ser simples vasallos, a no poder progresar si no nos sacamos el carnet del partido que ostente el poder, y a ser suplantados administrativamente por personal enchufado de empresas público privadas. Un Decreto que instaura el clientelismo político y desprofesionalización de la función pública, con el objetivo de fomentar una actitud dócil y flexible en los puestos más estratégicos de la Administración. Un caldo de cultivo perfecto para posibles corrupciones o corruptelas.

El cacique de la Junta

El Decreto regula la dirección pública profesional de la Junta y de sus organismos autónomos, el sistema de provisión de los puestos directivos y la regulación jurídica de los mismos, así como su régimen retributivo.

Para comprobar el nivel de clientelismo político que se emana del texto, solo hay que ver cómo será nombrado este personal directivo, a través de una RPT aprobada por el Consejo de Gobierno, a propuesta de la Consejería competente en materia de Función Pública, previo informe de la Dirección General de presupuestos. En resumen, quien decida el dedazo de Ruiz Molina, como Consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, que de esta manera se convierte en el cacique de la Junta, al tener que pasar por sus manos el nombramiento de todas las personas que se designen para ocupar las direcciones provinciales, las coordinaciones nivel 30 y nivel 29, e incluso las jefaturas de servicio o la dirección de los centros públicos de la Junta.

Un coladero para los Amiguetes S.A.

En un primer momento el Decreto fija la necesidad de ser personal funcionario de carrera del subgrupo A1 o A2, pero un párrafo más abajo abre la posibilidad de que puedan ocuparse por personal que no sea funcionario. Lo que significa, por ejemplo, que cualquier alcalde defenestrado en las urnas pueda encontrar una puerta de atrás para el acceso a la Administración regional, con un contrato de alta dirección y sin necesidad de pasar ningún proceso selectivo. Y quien dice alcalde puede decir cualquiera de sus Amiguetes S.A.

Los requisitos para acceder a estos puestos son de chiste, y suponen una discrecionalidad absoluta al no tener en cuenta en ningún momento los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad (art 103.3), que permiten elegir a los mejores candidatos para prestar de una manera eficaz y eficiente el servicio a la ciudadanía y así proteger sus derechos desde la independencia y la objetividad. Por el contrario, el requisito principal que marca el Decreto es haber desempeñado durante dos años puestos nombrados a dedo, pero en caso de que no se reúna ese requisito el Decreto permite que se pueda suplir con un cursito de formación impartido por la Escuela de Administración Regional, dependiente también del cacique de la Junta.

El artículo 23.2 de la Constitución Española recoge literalmente que “los ciudadanos tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos”, y por mucho que intenten establecer un paripé de procedimiento de provisión no cuela, porque en ese procedimiento no se respeta la imparcialidad de los órganos de valoración, al ser una decisión absolutamente discrecional que descansa únicamente en un criterio de confianza política o personal.

Un caldo de cultivo para posibles corrupciones y corruptelas

El cese del personal directivo también es muy significativo. Se produce por una evaluación insatisfactoria de su gestión (bueno, puede valer según quien evalúe), pero para que no se escape nadie también puede ser cesado por decisión discrecional del órgano competente para su designación, es decir por el cacique de la Junta. Y ahora, como empleadas y empleados públicos que hemos aprobado una oposición o accedido a nuestros puestos por un sistema objetivo de selección, y cuya misión principal es hacer valer la norma por encima de la discrecionalidad política, debemos hacernos una simple pregunta: Si Ruiz Molina es el responsable del nombramiento y del cese de los puestos más estratégicos de la Junta, ¿quién va a ser capaz de plantarle cara en caso de que se pretenda cometer una irregularidad, corruptela o corrupción en la gestión pública? Por supuesto que habrá personal directivo valiente y honesto que sea capaz de hacerlo, pero ya sabe el final que le espera. Que el clientelismo político es la antesala de la corrupción es algo que hemos aprendido viendo los telediarios, no nos lo tiene que enseñar ningún profesor de economía financiera de la UCLM.

Quitarse a los sindicatos de en medio

Por si alguien se lo pregunta, esta RPT de personal directivo no será objeto de negociación colectiva, por lo que el gobierno podrá hacer y deshacer lo que le dé la gana, saltándose el control sindical. El Gobierno, que tanto presume de diálogo social, se salta aquí hasta los principios más básicos de la negociación colectiva y opta por el recurso autoritario del decretazo, fraguado con alevosía y nocturnidad, para imponer lo que saben que es vergonzoso e impresentable. Quitándose de en medio a quién a día de hoy ejerce de manera más firme y contundente la oposición y control al gobierno en defensa de los servicios públicos.

Tu pasta para la Casta

Como todo el mundo se puede imaginar el personal directivo está jugosamente retribuido, a costa del capítulo I, contando con las retribuciones básicas y complementarias, en las que destaca un incentivo por objetivos que puede suponer hasta un 10 % del cómputo anual del sueldo y el complemento de puesto, lo que en un sueldo de 60.000 euros al año viene a ser 6.000 euros. Además, si personal es funcionario de la Junta cuenta con reserva de puesto y consolidación del grado (como el NESPAGE), pero si no es empleado público habría que hacerle un contrato de alta dirección, con cláusula de rescisión y cobro de finiquito, que puede llegar a ser millonario.

Hay que pararles los pies.

La maltratada Función Pública castellano-manchega, no solo no se recupera de los hachazos sufridos por el gobierno de Cospedal, sino que además sufre nuevos ataques como este. Solo quedamos en la trinchera de la defensa de lo público, los sindicatos que se comprometan en la misma y las empleadas y empleados públicos. De nosotras depende. Hacemos un llamamiento al resto de sindicatos para que hagamos un frente común junto con el personal y actuemos unidos y con energía contra estos y otros ataques a lo público. Si algo hemos aprendido, en los últimos tiempos, es que, si no nos movemos nosotras no se va a mover nadie.