La vuelta de la vieja guardia y el cuento de la reducción de los altos cargos
La vuelta de la vieja guardia y el cuento de la reducción de los altos cargos
Cuando Page nombró el nuevo Consejo de Gobierno la sorpresa fue considerable puesto que se pudieron apreciar muchas caras nuevas, casi desconocidas, en lo que parecía un claro mensaje de renovación o de ruptura, según se quiera mirar, con la época de Bono y Barreda. Y en eso quedó, en una simple apariencia, porque el pasado martes cuando se anunciaron los nombramientos de la segunda línea del gobierno regional se pudo observar una importante presencia de la vieja guardia en los cargos de Viceconsejero/as y Directore/as Generales.
El listado es abultado, y por todos conocido, por lo que no vamos a extendernos demasiado, simplemente con mencionar los nombres de Fernando Mora, Isidro Hernández Perlines, Paloma Heredero, Emilio Puig o el propio José Narváez Vila, nuestro nuevo Director General de la Función Pública, nos podemos hacer una idea de lo que estamos hablando. Y ¿qué ha hecho Page para ocultar tanta arruga? pues lo que hizo Bono en su momento con él mismo, darse un lifting político nombrando a Ignacio Hernando, de apenas 24 años, como nuevo portavoz del Gobierno. De esta manera mantiene a la vieja guardia en la sala de máquinas, mientras ofrece una imagen de renovación de cara a la opinión pública. Todo un juego de sombras chinescas de esos que tanto le gustaban a “Don Pepe”, y que demuestra que de “casta” le viene al galgo.
Con esto no queremos decir que todos los Viceconsejero/as o Directore/as Generales, sean de la vieja guardia o de nueva incorporación, sean unos malos gestores, o que los que lo fueron en su día no hayan podido cambiar, habrá de todo como en todos lados. Y en cualquier caso, si a alguno le da por volver a las andadas, siempre contaremos con el compromiso del presidente en su discurso de investidura, que nos ofreció “el teléfono abierto en caso de sentirnos maltratados”. Nosotros, por lo que pueda ocurrir, nos hemos sacado una tarifa plana.
El listado es abultado, y por todos conocido, por lo que no vamos a extendernos demasiado, simplemente con mencionar los nombres de Fernando Mora, Isidro Hernández Perlines, Paloma Heredero, Emilio Puig o el propio José Narváez Vila, nuestro nuevo Director General de la Función Pública, nos podemos hacer una idea de lo que estamos hablando. Y ¿qué ha hecho Page para ocultar tanta arruga? pues lo que hizo Bono en su momento con él mismo, darse un lifting político nombrando a Ignacio Hernando, de apenas 24 años, como nuevo portavoz del Gobierno. De esta manera mantiene a la vieja guardia en la sala de máquinas, mientras ofrece una imagen de renovación de cara a la opinión pública. Todo un juego de sombras chinescas de esos que tanto le gustaban a “Don Pepe”, y que demuestra que de “casta” le viene al galgo.
Con esto no queremos decir que todos los Viceconsejero/as o Directore/as Generales, sean de la vieja guardia o de nueva incorporación, sean unos malos gestores, o que los que lo fueron en su día no hayan podido cambiar, habrá de todo como en todos lados. Y en cualquier caso, si a alguno le da por volver a las andadas, siempre contaremos con el compromiso del presidente en su discurso de investidura, que nos ofreció “el teléfono abierto en caso de sentirnos maltratados”. Nosotros, por lo que pueda ocurrir, nos hemos sacado una tarifa plana.
El cuento de la reducción de altos cargos
Pero esto no quedó aquí, porque el nuevo gobierno decidió contarnos un cuento (para no dormir) sobre la supuesta limitación “drástica” de altos cargos y asesores que anunció en su discurso de investidura el presidente de Castilla-La Mancha, y que figuraba en el acuerdo que el PSOE firmó con Podemos. Una reducción que finalmente se ha quedado en un descenso de apenas el 10% en el número de altos cargos y de puestos de “libre designación”, pasando de los 152 nombramientos del anterior Gobierno de María Dolores de Cospedal a los 137 actuales. Lo que supondrá un ahorro de 3 millones de euros, pero ¡olalá! atentos al nuevo truco: esos 3 millones de euros no serán anuales, sino en los cuatro años de legislatura.
Y aquí nos encontramos con una nueva contradicción entre la literatura y las matemáticas, sobre todo cuando analizamos el número de altos cargos y “libres designaciónes” que anuncian. Hagamos una simple operación: si en la Junta hay cinco Servicios provinciales, más los Servicios Centrales (con sus respectivos gabinetes), y hay siete Consejerías más la Vicepresidencia, y son 137 los cargos que se van a nombrar, ¿alguien se cree que va a haber una media de 2.8 puestos por Consejería y provincia, incluyendo Consejero/as, Viceconsejero/as, Directore/as Generales, Delegado/as de la Junta, Directore/as y Secretario/as provinciales y asesores de toda gama y condición? Está claro que no, y que cuando hablan de Libres Designaciónes se refieren exclusivamente al personal no funcionario contratado a dedo. Un truco que ya utilizó Cospedal al eliminar los Delegado/as provinciales, y sustituirlos por Coordinadore/as provinciales, pero manteniendo similares competencias. Ahora Page ha decidido darle un nuevo toque cosmético, cambiando en el Decreto de estructura la denominación a Directore/as Provinciales, pero expresando en las disposiciones transitorias que hasta la nueva aprobación de un Decreto que lo desarrolle tendrán la misma forma de provisión que los Coordinadore/as. Lo que con toda seguridad nos dará como resultado que 70 puestos de alto cargo en la práctica (entre Directores/as y Secretario/as provinciales) que al tener como requisito ser personal funcionario del grupo A,1 se cargarán directamente al Capítulo 1. Es decir, un 51 % más de lo anunciado, ¡tachánnnn!.
Pero todavía hay más, porque lo que el nuevo gobierno todavía no ha definido es cuantos puestos Libre Designación, nombrados a dedo, va a haber entre el personal funcionario, o dicho de una manera más concreta: ¿cuántos niveles 30, el mismo que un Director General, va a haber en las distintas Consejerías? El Gobierno de Cospedal nos tenía acostumbrados a una ecuación, amortizaba dos plazas vacantes dotadas por cada nivel 30 que creaba, niveles que en muchos casos han sido consolidados por el mero hecho de ser de la cuerda. Todo esto, mientras el resto del personal, la tropa sin “Padrino”, tenemos que presentar la solicitud a un concurso a resultas, con la vaga esperanza de poder promocionar en nuestros puestos, muchos de ellos base.
Si Page quería dar un verdadero golpe de efecto para demostrar que estaba dispuesto a eliminar gastos superfluos y privilegios a los políticos, lo tenía muy fácil. Que le hubiera quitado a Bono su coche oficial con conductor y su secretaria, que seguimos pagando entre todos los castellanos manchegos. ¿O es que el ex presidente no ha sido capaz en estos años de ahorrar lo suficiente como para comprarse, como todo hijo de vecino, aunque sea un utilitario?
Y aquí nos encontramos con una nueva contradicción entre la literatura y las matemáticas, sobre todo cuando analizamos el número de altos cargos y “libres designaciónes” que anuncian. Hagamos una simple operación: si en la Junta hay cinco Servicios provinciales, más los Servicios Centrales (con sus respectivos gabinetes), y hay siete Consejerías más la Vicepresidencia, y son 137 los cargos que se van a nombrar, ¿alguien se cree que va a haber una media de 2.8 puestos por Consejería y provincia, incluyendo Consejero/as, Viceconsejero/as, Directore/as Generales, Delegado/as de la Junta, Directore/as y Secretario/as provinciales y asesores de toda gama y condición? Está claro que no, y que cuando hablan de Libres Designaciónes se refieren exclusivamente al personal no funcionario contratado a dedo. Un truco que ya utilizó Cospedal al eliminar los Delegado/as provinciales, y sustituirlos por Coordinadore/as provinciales, pero manteniendo similares competencias. Ahora Page ha decidido darle un nuevo toque cosmético, cambiando en el Decreto de estructura la denominación a Directore/as Provinciales, pero expresando en las disposiciones transitorias que hasta la nueva aprobación de un Decreto que lo desarrolle tendrán la misma forma de provisión que los Coordinadore/as. Lo que con toda seguridad nos dará como resultado que 70 puestos de alto cargo en la práctica (entre Directores/as y Secretario/as provinciales) que al tener como requisito ser personal funcionario del grupo A,1 se cargarán directamente al Capítulo 1. Es decir, un 51 % más de lo anunciado, ¡tachánnnn!.
Pero todavía hay más, porque lo que el nuevo gobierno todavía no ha definido es cuantos puestos Libre Designación, nombrados a dedo, va a haber entre el personal funcionario, o dicho de una manera más concreta: ¿cuántos niveles 30, el mismo que un Director General, va a haber en las distintas Consejerías? El Gobierno de Cospedal nos tenía acostumbrados a una ecuación, amortizaba dos plazas vacantes dotadas por cada nivel 30 que creaba, niveles que en muchos casos han sido consolidados por el mero hecho de ser de la cuerda. Todo esto, mientras el resto del personal, la tropa sin “Padrino”, tenemos que presentar la solicitud a un concurso a resultas, con la vaga esperanza de poder promocionar en nuestros puestos, muchos de ellos base.
Si Page quería dar un verdadero golpe de efecto para demostrar que estaba dispuesto a eliminar gastos superfluos y privilegios a los políticos, lo tenía muy fácil. Que le hubiera quitado a Bono su coche oficial con conductor y su secretaria, que seguimos pagando entre todos los castellanos manchegos. ¿O es que el ex presidente no ha sido capaz en estos años de ahorrar lo suficiente como para comprarse, como todo hijo de vecino, aunque sea un utilitario?
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
Digo tan solo lo que he visto. […]
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…
y sé todos los cuentos.
(León Felipe)