“Si no te cuidas a ti misma, ¿quién lo hará?”
Virginia Wolf

 

 

Y NO ME IMPORTA NADA

Lo más valioso que tenemos las personas es la salud. Por eso quiero desearos mucha salud para el próximo año 2025 […] Mucha suerte y mucha salud”. Este es parte del mensaje con el que el honorable Consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, felicitó las pasadas fiestas navideñas al personal que trabaja en su consejería. Todo un alarde de hipocresía, porque NO LE IMPORTA NADA el estado de salud mental de las empleadas y los empleados públicos.

A las pruebas nos remitimos. Ha nombrado y mantiene en el ¡ALTO! cargo a Inmaculada Gutiérrez Ramírez, una Secretaria General que destaca por las voces y por el desprecio con el que trata a parte del personal de la Consejería de Sanidad, curiosamente al que no es de su agrado. Unas pocas personas valerosas, que se enfrentan a esa mirada despótica, a esos gestos cargados de soberbia y a esos desplantes hacia el personal que tanto gustan al equipo directivo.

Inmaculada confunde la disciplina con el látigo opresor, que pretende infundir miedo para controlar a sus subordinados, que rinde culto al amiguismo, incluso quitando las funciones a quien las tiene reconocidas en la RPT. Y siempre se ceba con los más débiles y vulnerables. Ese tono helado y cortante; esa mirada altanera y ese rictus lleno de acritud han provocado más de un ataque de ansiedad entre trabajadoras de la Consejería.

El último episodio triste, lamentable y vergonzoso ocurrió la semana pasada. Tuvo la desgracia de ser el blanco de la diana una compañera muy querida y muy trabajadora. La Secretaria General se presentó en su despacho mostrando un manifiesto desprecio hacia su trabajo, con un tono irrespetuoso y dañino, una bronca digna de la tiranía, a la que puso el punto y seguido dando un portazo cuando salió del despacho. La funcionaria sufrió entonces un ataque de ansiedad, ahogado por un llanto desconsolado que le dificultó la respiración y el habla. Fue atendida en el hall de la consejería por otras compañeras y trasladada de inmediato a la mutua por los enlaces sindicales de STAS que se encuentran en la Consejería de Sanidad. ¿Resultado? Baja laboral.

Con estas actitudes, la Secretaria General tira piedras contra el tejado de la administración pública, rompe equipos, desmotiva, priva a la consejería de efectivos muy importantes para el desarrollo del trabajo esencial en favor de la ciudadanía (informar leyes, comprar vacunas y dotar de productos para el análisis de enfermedades en los laboratorios) que se está retrasando por su mala gestión de los recursos públicos.

¿Es este el estilo de mando que quiere el Consejero de Sanidad? ¿Realmente esta Consejería vela por la salud mental? ¿Piensa la Secretaria General que este es su cortijo privado? ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar? ¿Alguien se atreverá a ponerle el cascabel al gato? ¿Alguien tiene un mínimo de cordura para acabar con esta situación? Toc, toc, toc ¿Hay alguien en casa McFly?

Y luego se jactan y presumen de realizar cursos de 16.000 € de Alta Dirección Sanitaria de San Telmo Business School. ¿Para qué? Con directivos así, ¿quién necesita enemigos? Les vendrían mucho mejor los cursos de la EAR sobre, por ejemplo, “Empatía: cómo mejorar la relación con compañeras/os y la ciudadanía”, “Liderar teniendo en cuenta las emociones del equipo”, o bien “Inteligencia emocional y comunicación asertiva en el trabajo”.

 

BUENAS NOCHES Y BUENA SUERTE

Efectivamente, como dice en su felicitación el ilustrísimo Consejero de Sanidad, hay que tener “mucha suerte y mucha salud” para trabajar en la Consejería de Sanidad. ¿Pretende parodiar el “buenas noches y buena suerte” de Ed Murrow cuando luchaba con el poder de la prensa contra la caza de brujas del senador McCarthy?

Eso es precisamente lo que parece haberse instaurado en Sanidad, una caza de brujas. Los gritos y las amenazas de incoación de expedientes disciplinarios por parte de la Secretaria General, sin fundamento alguno y que están a la orden del día, han provocado la huida o el destierro de grandísimas y grandísimos profesionales de todos los cuerpos administrativos, desde el cuerpo auxiliar al cuerpo superior. ¡Qué gran pérdida para la sanidad castellanomanchega! Un aplauso para Inmaculada y otro para quien la nombró.

En resumen, podría decirse que es el trato que se da a los perritos, esos a los que quiere despellejar Cruella de Vil para hacerse hermosos abrigos, con lo bien que le quedaría una chaqueta de pana.

 

¡VIVAN LOS ANSIOLÍTICOS y LOS ANTIDEPRESIVOS!
¡Y VIVA LA FUNCIÓN PÚBLICA!

 

S T A S
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